La muerte y el mexicano
- faviolacv11
- 26 ene 2016
- 4 Min. de lectura

México es un país con diversas creencias y tradiciones bien arraigadas, las cuales se han construido en base a los hechos históricos a los que sus pobladores se han enfrentado a través de los siglos. Al ser herederos de algunas de las culturas precolombinas y de la cultura occidental es posible encontrar en este territorio una riqueza ideológica muy interesante y al referir el tema de la muerte no se hace una excepción.
Las diferentes sociedades del mundo tienen formas específicas para hacerle frente a la muerte (Caycedo, 2007). En este país, en el que la mayoría de sus pobladores pertenecen a la religión católica las ceremonias que hay alrededor de la muerte tienen su base en sus creencias, tales como los velorios, los rezos, los rosarios, el novenario, acompañar a los deudos y dar el pésame, etc. Aunque a diferencia de otras culturas, la de México tiene también aún tradiciones heredadas por los prehispánicos, como el día de muertos por ejemplo, celebración que a través de los años ha tomado mayor fuerza y se ha utilizado para exaltar ese nacionalismo que nos identifica con nuestras raíces.
Hasta la fecha, en México cada 1 y 2 de noviembre se celebra el “Día de muertos”, o de los “fieles difuntos”, el 1 es para los difuntos adultos y el día 2 es para los niños muertos. Durante esos días en que las personas se dedican a poner en sus casas ofrendas dedicadas a sus difuntos, en ellas ponen flores (cempasúchitl) la bebida y los platillos que solían disfrutar en vida, fotografías de los parientes muertos, juguetes para los niños, etc. Aunado a estas ofrendas que se colocan en las casas, también en algunas colonias o en lugares específicos como el Zócalo, Ciudad Universitaria y Mixquic en la Ciudad de México cada año se hacen ofrendas que la gente va a visitar, así como también a lugares como Pátzcuaro y Janitzio en Michoacán y algunos pueblos del estado de Oaxaca, entre otros. En estas fechas la gente también visita los panteones y adornan con flores las tumbas de sus difuntos y aunque pudiera pensarse lo contrario, vemos que la muerte y esta celebración permiten que los familiares se reúnan para recordar a sus seres queridos que murieron, teniendo estas fiestas un toque de color y de alegría.
El duelo en la cultura mexicana
Lo importante de analizar las tradiciones culturales que existen en México hacia la muerte es dar cuenta del impacto que esto tiene en las reacciones que hay hacia el fallecimiento de un ser querido.
Los rituales funerarios se conciben como prácticas socio-culturales específicas de la especie humana, relativas a la muerte de alguien y a las actividades funerarias que de ella se derivan tales como velorios, rezos, entierros, cremaciones, momificaciones, edificación de monumentos y sacrificios humanos entre otros y sea cual sea la opción funeraria que se practique, están caracterizados por un elaborado código simbólico sobre la base del cual se construye la realidad social (Torres, 2006).
Los rituales que se viven ante la muerte tienen como finalidad ayudar a los sobrevivientes a despedirse y a iniciar el duelo (Castro, 2007). La estar en sociedad celebrando de manera alegre un suceso doloroso es terapéutico para la gente. Así como lo manifiesta Jorge Bucay (2003), la posibilidad de expresar las vivencias internas ayudará al sujeto a aliviar el dolor que pasa durante su pérdida.s funciones sociológicas que subyacen en la realización de los rituales funerarios tienen que ver con los lazos de solidaridad que se establecen entre los deudos del difunto y sus allegados. La celebración de los rituales funerarios permite estrechar vínculos de fraternidad y de apoyo para superar el dolor por la pérdida del ser querido, y las funciones simbólicas aluden al mito que se escenifica con el rito: si se ejecutan los rituales según la creencia de quien los practica, se pueden alcanzar los objetivos por los cuales ellos se realizan, es decir, lograr la trascendencia de una vida terrena a una divina, promover el descanso del alma del fallecido (Torres, 2006).
Hay reglas, costumbres y rituales para enfrentar la pérdida de un ser querido, que son determinados por la sociedad y que forman parte integral de la ceremonia del duelo. Pero, a pesar de lasdiferencias, en cualquier entorno el proceso de duelo normal induce a liberarse de algunos lazos con la persona fallecida, lo cual es indispensable para reintegrar al que queda al ambiente en donde la persona ya no está y construir nuevas relaciones para conseguir reajustarse a la vida normal (Bucay, 2003, p. 14)
Los ritos funerarios se erigen como las terapias más idóneas para canalizar estos sentimientos, como son la ira, el dolor, la rabia, la impotencia, entre otros (Torres, 2006). Tener un momento y un lugar para expresar el dolor facilita la elaboración del duelo. El tener la oportunidad de estar en sociedad celebrando de manera alegre un suceso doloroso es terapéutico para la gente. Así como lo manifiesta Jorge Bucay (2003), la posibilidad de expresar las vivencias internas ayudará al sujeto a aliviar el dolor que pasa durante su pérdida.
Comments